domingo, 5 de febrero de 2012

Baile pavoroso

Las artes marciales que he practicado en silencio, no sustentan las respiraciones de mi habitación
las gotas negras que caen rasgan mi piel, la queman y se largan en risas...
el miedo de la incertidumbre, demonios que se perfeccionan para atacar
el transito lento del aprendizaje, y una defensa estoica, orgullosa y terca...
me regalo paciencia, aquella que sabe a desesperación
vuelan los consejos lejos de mi humildad...
perverso me sentí, queriendo desbordarme en muchos brazos...
me encerré en un lista de textos cadaveres
nuevos alientos llegaron a recoger mis ropas, mi alma desaparecida vagaba hacia la eternidad
confundido en la mente, el estomago se me retorcía...
aquellos ojos rojos seguian riendose de mi
y no les pude entregar la rendición, aunque lo quise...
algunas respuestas escucharon mis desatinos y fueron a visitarme...
la compañía no habia sido una mentira, pero algo como una distracción se disfrazó de amigo...
la atención se dispersó...
tan dulce es el no escuchar, tan dulce es no mirar...
negandome a los sentidos solo me escuchaba gritar
solo podia mirarme gritar...
no habia otra dirección que el adelante y me puse a caminar
mis puños me miraron.

La muerte me dijo que era un lugar solitario en donde me encontraba,
aconsejandome vino ella, a confudirme, ella dijo, tu sangre me es valiosa...
nada pudo convencerme...
pero al final, no pudimos dejar de bailar... la locura cantaba aquella canción
ese vals... ese canto del mal...
un dos tres, un dos tres... baile mortal.

Y la flor furiosa brilló en colores...

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