martes, 15 de mayo de 2012

Esos cantos de bicicleta

Podría ser un lugar pequeño... un sillon en un auto antiguo
un peugeot 404... blanco y limpio que caminaba
hacia el centro de la capital...
Un mundo de afectos positivos fue carcomiendo mi lealtad
y me tiñó en una bandera,
orgulloso estándar que no controlarás...
mas allá de lo que se puede ver, hay luz, hay migajas de pan
y algún otro que hacer...
habia un atardecer despacio, helado, las temporadas eran milenios
como si toda una dinastia mirara a travez de mis ojos
y un aliento a inocencia hubiera estampado la realidad...
alguna vez cuando niño lloré por el futuro incierto...
la ansiedad de no mirar a los ojos...
el vencer, vencer o morir como diria él...
Un canto a lo que dicta el emperador... una canción de melancolía para el imperio que avanza
un saludo al líder sacro que enaltece la existencia y da un sentido a la vida...
el cariño asegurador del amable señor... la lealtad que yo nunca te negaré
Recuerdo unas plantas mojadas... una ventana lluviosa y una bondad amable...
un sueño constante de amor infaltable, la devoción de una buena sensación a mi desesperanza...
que no era nada mas que buenos momentos...
no he sabido leer lo que trae el viento, los arboles me han dejado actuar...
y yo sigo siendo el niño de siempre...
un canto gregoriano a la tierra que me parió,
al cuidado que me dejo sin armas y con mucho miedo...
un relato que no se sabe vivo, mas bien se promete muerto...

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